viernes, 13 de noviembre de 2009
España: ya no hay bodas ni divorcios
La crisis económica obliga a las parejas a postergar las separaciones y también las uniones.
La insoportable crisis que conmueve todos los aspectos de la vida de los españoles ha producido, según el Instituto Nacional de Estadísticas, una caída de los divorcios y separaciones y también del número de matrimonios.
En 2008 se produjeron 118.939 disoluciones de matrimonios. Los divorcios representan el 92,5% de las disoluciones matrimoniales y las separaciones, 7,4 por ciento, y el 0,1 por ciento de las nulidades.
Al mismo tiempo se registró un descenso de más de cinco mil matrimonios en 2008 respecto del año anterior. Todo es económico. El principal problema de muchas parejas jóvenes es que alguno de los dos miembros de la pareja, o los dos, son desocupados.
Así, se han incrementado todos los inconvenientes para que una pareja de jóvenes pueda lograr que un banco le otorgue una hipoteca. Muchos jóvenes se han ido a vivir con sus padres o no abandonan el hogar familiar. Otros se casan y acaban por vivir con los padres de él o de ella. Si alguno de los miembros de la pareja pierde su trabajo los problemas para encarar una vida en solitario se vuelven dramáticos.
Algunos datos que completan el panorama es que en las parejas que se divorcian o separan tienen, en promedio, unos 40 años de edad y una media de 15,4 años viviendo juntos.
En el 2008 se disolvieron 116 matrimonios homosexuales, 69 de hombres y 47 de mujeres. El 54% de los matrimonios disueltos tenía hijos menores de edad y la custodia correspondió en el 86% a las madres. Por comunidades autónomas la que más registró tasas de rupturas matrimoniales fue Melilla (3,58%), seguida de Canarias (3,28%).
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